lunes, 4 de mayo de 2009

(9) Objeto, soporte y variante

< R de sustancia
O ← S (parte del O); puede haber confusión tr entre ambos elementos, y/o R de inclusión.
Función original del O apuntado por la significación sacada de los enunciados, desde donde la separación del O y el S es mayor. La mediación aguanta el sentido, no se ve beneficiada de él.
O apuntado: caracterizado por su extrema permeabilidad al sentido y su simultanea distancia a la fuente de ese sentido → v-e: E original. Le da a la matriz cierta generalidad y ampliación.
En la lengua no hay O apuntado, todo es signo (nada inerte)
La significación del O existe antes de que este exista. La palabra impregna al O de sentido sin modificar la materia, y también puede quitárselo.
El O apuntado recibe todo el sentido del v-e.


< Soporte de la significación: elemento inerte constituido por un O material; materia prima, debe transmitir el sentido al O apuntado → elemento original del s de la M con R a la lengua. Concepto operativo decisivo para el análisis de los s derivados.
Lengua → las unidades sintagmáticas pasan por una 2ª articulación (fonemas) para ser Sa`s; sin embargo esta mediación tiene Sé por si sola, cosa que no ocurre con el S en la M.
El v no es en si una de significación, contrario a lo sucedido en la lengua
O culturales → finalidad funcional → unidad suficiente compuesta por un S y una V al menos


< V: punto de la matriz del que surge la significación; también llamada vestema; carácter original por su inmaterialidad; toda V proviene de un cuerpo de diferencias.
Clase de V → cuerpo genérico
V → cada punto del s diferencial o paradigma
V → queda finalmente determinado como: conjunto de términos de la variación


< diferencia E`l
O y S → o`s materiales ↔ V → valor inmaterial
↓ └ reserva de virtualidades, solo un término es
Fragmento de espacio de vta, actualizado al nivel del S por él afectado. Punto porciones naturales de sintagma del s a favor del sintagma.

Lengua: el s tiene un valor de ser; sintagma y s llenan plenamente las 2 dimensiones del espacio simbólico que las representa.
Vestido (escrito): el s tiene un valor atributivo; el espacio resulta inestable, ya que la dimensión sistemática es interrumpida por elementos inertes.


< La elección de la V actualiza el sentido, pero todos los componentes son parásitos de los demás (entre si).
Entre O, S, V → R de solidaridad. También llamada doble implicación → O-S , S-V

uno obliga al otro, solidaridad absoluta E`lmente
Vta: O-S → R de estrecha solidaridad
Lengua: S-V → R de estrecha solidaridad → Sintagma autónomo
Rasgo: parte de la matriz compuesta por el S y la V


< La V (inmaterial) no puede intercambiar roles con el O y el S (materiales), pero estos entre si pueden hacerlo dependiendo del enunciado; por esto la matriz Sa del v-e es semi-formal y semi-substancial
└ móvil en los 2 primeros elementos (O y S) y estable en el 3º (V)
Lengua: cada forma (fonema) tiene la misma sustancia fónica.


Simbología.
R: relación
O: objeto
S: soportetr: terminológica
v-e: vestido-escrito
E: estructura
s: sistema
M: Moda
Sa`s: significantes
Sé: significado
v: vestido
V: Variante
E`l: estructural
o`s: objetos
vta: vestimenta
E`lmente: estructuralmente

(8) En busca del significante

Para saber como se produce el sentido de vestimenta es necesario encontrar una forma constante que esté en todos los enunciados de moda, independiente de su longitud y sintaxis. Esto se logra al identificar:
1) las unidades sintagmáticas o espaciales.
2) las oposiciones sistemáticas o virtuales.

Hay elementos en los enunciados de significante de vestimenta que se repiten y no con el mismo sentido lo que quiere decir que no están fijos y su sentido depende de las combinaciones; se habla entonces de enunciados con carácter sintáctico. Estos pueden ser fragmentados en unidades más pequeñas sintagmáticamente inseparables y funcionalmente distintas, tales como:

1) objeto: elemento receptor de la variación.
2) soporte: elemento transmisor de la variación.
3) variante. Elemento variante.

Dichas unidades constituyen una gran unidad significante llamada matriz, que a su vez permite dar cuenta de todos los enunciados por medio de ciertos ajustes regulares.

(7) Niveles de análisis

Niveles de análisis

La primera transformación se considerará una preedición de lo que se desea convertir en vestido (de lo retórico a lo terminológico). La segunda se deberá concebir como un producto de una máquina para hacer moda (la revista), y así poder pasar de lo terminológico a lo pseudo real.

Para analizar estas transformaciones se procederá a 2 inventarios: el del código de vestimenta y el del sistema retórico.

Recorte I: El enunciado de la significación

1) Para los conjuntos A.

A nivel de código pseudo real, el vestido sin fin debe ser recortado en unidades de significación. Esta significación se representará por la ecuación Vestido = Mundo. Las frases en la revista muestran de manera explícita esta relación, verbigracia: Los estampados triunfan en las carreras, el accesorio hace primavera, esos zapatos son ideales para andar. Llevados a la ecuación:

Estampados = carreras
Accesorios = primavera
Esos zapatos = andar

Siempre se debe respetar la ubicación de sus componentes en la ecuación, aunque su dispersión retórica sea diferente a lo largo de la frase, por ejemplo: un sombrero que rejuvenece porque despeja la frente, se deberá llevar a la ecuación de esta manera:

Sombrero que despeja la frente = joven.

Dentro de una frase también se puede encontrar más de un significado para un solo significante, por ejemplo: un abrigo ligero para entretiempo o para las frescas noches de verano. En ecuación:

Abrigo*tela*ligero = entretiempo
Abrigo*tela*ligero = noches frescas de verano

A su vez, pueden presentarse dos significantes para un solo significado: Para un cóctel, muselina o tafetán.

Tejido*muselina = cóctel
Tejido*tafetán = cóctel

O dos significantes y dos significados distintos: franela rayada o seda de lunares según sea la mañana o la tarde.

Tejido*franela*rayada = mañana
Tejido*seda*de lunares = tarde

Las relaciones que se dan en enunciados como franela = tafetán, se pueden llevar al plano de la sinonimia, ya que la revista las ha puesto como equivalentes en el paradigma de la significación.


2) Para conjuntos B

En estos casos el significado está implícito en la revista. La ecuación que deberá representarlos es: Vestido = Moda.

Para recortar los enunciados B, se debe tener en cuenta que la información escrita proviene de una estructura dada por la imagen. Para poder pasar de la imagen a la palabra, la revista utiliza los shifters. Se tomará como enunciado cualquier porción de descripción de vestimenta introducida por un shifter, por ejemplo: ahí tenemos una torera corta con la cintura en el talle, (shifter: ahí tenemos).

Recorte 2: enunciados subsidiarios
El vestido sin fin, una vez que ha sido recortado en enunciados de la significación, no presenta ninguna dificultad para extraer de él los enunciados subsidiarios sobre los que se trabajará. Para los conjuntos A y B, el enunciado del significante estará constituido por todos los rasgos de vestimenta contenidos en un solo enunciado de la significación. Para los conjuntos A (solo), el enunciado del significado estará constituido por todos los rasgos mundanos contenidos en un solo enunciado de la significación. En los conjuntos B, como el significado está implícito, está desprovisto de enunciado, por definición. (Barthes, 1978, p. 58).

(6) Transformaciones y recortes

Para este punto, primero debemos imaginarnos a una mujer con un vestido sin fin, lo que llevaría a que nos imaginemos también, un texto, que describe este vestido, sin fin. Este vestido debemos segmentarlo en distintas unidades significantes para compararlas entre sí y reconstituir así la significación general de la moda.

Este vestido sin fin, tiene dos dimensiones, una primera que profundiza los diversos sistemas que componen su texto y la otra que se extiende dentro de la cadena de palabras como cualquier discurso. De esta manera, el análisis hace que se tengan que prever dos tipos de operaciones: de transformación, que apunta a los sistemas en profundidad, cuando se reduzcan los sistemas entre sí; y de recorte, que apunta a los signos de cada uno de ellos en extensión, cuando se busque el aislamiento de los elementos significantes y significados.

Transformación 1: de lo retórico a lo terminológico

La primera transformación solamente se trata de desproveer la frase de sus valores retóricos para que se reduzca al enunciado verbal de una significación de vestimenta. Estos valores retóricos generalmente son conocidos como: metáforas, censuras, palabras, rimas, etc. Y son fáciles de remover hasta que se pueda tener una equivalencia verbal del vestido y la Moda.

Existe un único estorbo para esto, y es el de encontrarse con unidades verbales que no se puedan catalogar inmediatamente como retóricas o terminológicas, en la medida en que, por condición de léxico, forman parte de dos sistemas a la vez. Por ejemplo con el adjetivo pequeño, el cual puede remitirse a una apreciación de medida o puede connotarse a una idea de modestia. Asimismo con otras palabras que pueden tomarse literalmente o con sentido metafórico (brillante, estricto, etc.). En estos casos no debe pensarse que son insolubles, sino que se debe mirar el enunciado, pues ahí estará más clara la retoricidad o terminología de la palabra.

Transformación 2: de lo terminológico al código de vestimenta

En principio se tuvo que el código de vestimenta escrito y el código de vestimenta real tenían autonomía, sin embargo si el sistema terminológico apunta al código real, ese código jamás se desarrolla fuera de los términos que lo “traducen”, su autonomía es bastante como para obligar a una operación de desciframiento original, obligadamente diferente al de la lengua. Por esto y desde un punto de vista metódico, esta norma paradójica es muy molesta. Ya que si se consideraran las unidades del vestido escrito como verbales, en ese vestido solamente consideramos la estructura de una de todas las lenguas, vale decir, analizamos el sentido de la frase, no el sentido del vestido, y si se tratan como elementos verdaderos del vestido, no logramos hacernos con ningún sentido de ellos. Así que, o quedamos demasiado cerca o vamos demasiado lejos, y en ambos casos, nos saltamos la interacción central, que es la del código de vestimenta. De hecho tenemos que aceptar que el sentido de vestimenta es demasiado tributario del nivel verbal, esto es, que la lengua es una frontera más allá de la cual el sentido se irrealiza y, sin embargo las relaciones de la lengua no pueden identificarse con las del código de vestimenta real.

Con respecto a ese circuito, hace pensar en el de una escritura errónea que deformaría el uso y la mención de un concepto y que fundiría sin parar la objetividad del lenguaje y su autonomía, dado a la palabra como objeto y como palabra a la vez. De esa ambigüedad el análisis resulta permanentemente atrapado, a no ser que elija quedarse en ella y aprovecharla. De hecho, sin alejarnos de la línea de las palabras, podemos tratar de reemplazar las relaciones gramaticales, por una “pseudo sintaxis”, cuyas articulaciones tengan como única meta dar a conocer un sentido de vestimenta, y ya no una inteligibilidad del discurso. Así partiendo de un enunciado terminológico como: topos blancos en un traje son signo de tarde, en cierta forma podemos eliminar las relaciones sintácticas de la frase y reemplazarlas por funciones suficientemente formales para preparar el traspaso del sistema terminológico al último código de vestimenta que razonablemente podemos esperar alcanzar. Esas funciones serán de momento la equivalencia (=), que ya ha sido utilizada, y la combinación (*), de la que no sabemos todavía si será implicación, solidaridad o simple relación; de este modo obtendremos un enunciado semi-verbal, semi-semiológico de este tipo:

Vestido * topos * blancos = tarde.

El producto final de la transformación 2 es este enunciado semi-verbal, semi-algorítmico, el cual representa indiscutiblemente el mejor estado de la transformación, ya que no tenemos derecho a descomponer más los términos verbales de la ecuación, y a su vez, también estamos seguros de que todos los términos de la ecuación tienen un valor significante. Este es, entonces, el último código que el análisis puede alcanzar, se trata de un código pseudo real, así el conjunto del vestido escrito comprende los siguientes sistemas:

1. Retórico: los trajes de tarde se puntúan de blanco
2. Terminológico: topos blancos en un traje significan la tarde.
3. Pseudo real: vestido * topos * blanco = tarde.

(5) Autonomía del sistema

A la hora de analizar el sistema de la moda, es importante medir la autonomía de los sistemas que la componen, pero ¿de qué forma es posible medir la autonomía de estos? La mejor forma es la abstracción de algún término y ver la alteración que sufre el sistema completo, de modo que si no altera la esencia del conjunto es independiente; por el contrario, si la altera es dependiente.
En el sistema retórico es posible observar que este posea autonomía, debido a su capacidad económica. Entonces resulta posible abstraer elementos retóricos y reemplazarlos en forma denotativa, por ejemplo:
· Las tonalidades blancas le dan un aspecto elegante y sofisticado. (Retórico)
· Los tonos blancos le dan elegancia.(Denotativo)
La connotación de moda no es autónoma, ya que es absolutamente dependiente del código de vestimenta escrito.
Finalmente el sistema terminológico y el código de vestimenta real, primordialmente poseen una autonomía mutua “por lo tanto el sistema general teóricamente comprende tres niveles de análisis: retórico, terminológico y real” (Barthes, 47).

(4) Entre las cosas y las palabras

Hjemslev planteó el problema de la coincidencia de dos sistemas lingüísticos, donde una expresión y contenido asociados, eran a su vez la expresión, o el contenido de otro sistema. En el primer sistema de asociación mutua, se encontraba el plano denotativo del signo. En el segundo sistema se pasaba a la connotación del signo. Esta misma situación de coincidencia de sistemas ocurre en el estudio de la Moda planteado por Barthes. Aquí se encuentran dos sistemas de información: uno lingüístico (donde se encuentra la lengua) y otro de vestimenta (aquí el vestido puede significar el mundo y la Moda).
A este modelo implementado por Hjemslev, Barthes le añade un tercer sistema simultáneo, al que denomina sistema retórico. Éste sistema está constituido por un código extralingüístico que tiene como substancia al objeto o la imagen. Queda así un primer sistema puramente denotativo, un segundo que es connotativo con respecto al primero y denotativo frente al tercero, y el sistema retórico es connotativo totalmente. Este esquema se traduce a los dos conjuntos conmutativos de enunciados de moda: A y B.
En el conjunto A (vestido ≡ mundo) se encuentra el siguiente enunciado “los estampados triunfan en las Carreras”. El primer sistema que se desprende de este enunciado es el denominado código de vestimenta real, pues relaciona el vestido real (estampados) con una circunstancia real del mundo (Carreras). Luego, el primer sistema pasa a ser el significado de un segundo sistema, el sistema terminológico; el significante es la frase, es decir, el conjunto gráfico que forma el enunciado. Sin embargo, el sistema terminológico es utilizado como significante de sistema retórico. Esto porque las asociaciones del sistema terminológico existen en la medida que significan a la Moda, y la Moda como significado solo existe cuando la equivalencia es por escrito. Por lo tanto, nuevamente este tercer sistema retórico, es connotativo. A pesar de estos tres sistemas simultáneos, Barthes añade un cuarto que también cumple una función connotativa, pero que comprende al enunciado de Moda completo como significante; el significado pasa a ser la representación que la revista hace o quiere dar del mundo y la Moda.
En el conjunto B (vestido ≡ Moda) se toma “Que toda mujer se acorte la falda a ras de rodilla, adopte los cuadros degradados y calce escarpines bicolores”, dando a entender que el vestido escrito es el significante del significado implícito Moda. Los sistemas simultáneos llegan hasta el retórico (el tercer sistema) por lo siguiente: en un primer sistema se encuentra el enunciado, que se puede tomar en una situación empírica, como un signo general de Moda y que pasa a ser un código de vestimenta real (al igual que en el conjunto A). El segundo sistema también coincide con el del conjunto A, pues el código real sólo existe en la revista como referencia a un código terminológico. La diferencia radica en el tercer sistema, donde la connotación ya no es sobre la Moda, pues ésta es el significado del sistema dos, sino que radica en el sentido de decreto legal o religioso del enunciado (“Que toda mujer…”). Transmite la representación que la revista puede o quiere tener de la Moda en el mundo.
En ambos conjuntos se repite el vestido, o rasgos de vestimenta, como significante denotativo en los primeros dos sistemas. En cambio, la Moda es denotada en el conjunto B y connotada en el A.

domingo, 3 de mayo de 2009

(3) Vestido - Mundo - Moda

Dentro de las ventajas que proporciona el vestido escrito se encuentra la de constituir un sentido en sí mismo, es decir, la descripción del vestido remite directamente a la Moda. Sin embargo, esta relación de sentido entre el vestido escrito y la Moda, no es una asociación sencilla. “La lingüística propone un modelo operativo del que intentaremos sacar provecho, la prueba de conmutación (…) La prueba de conmutación consiste en hacer variar de una forma artificial un término de esa estructura y observar si esa variación introduce un cambio en la lectura o en el uso de la estructura dada” (Barthes, 1967, p. 30) Esta prueba de conmutación es llevada por Barthes al sistema de la Moda. Al aplicar la prueba de conmutación en el vestido escrito, se obtendrán ciertas variaciones llamadas “clases conmutativas”.

Las clases conmutativas son muy fáciles de apreciar en el corpus del que habla Roland Barthes (1967). Por un lado está la variación concomitante que se produce entre el VESTIDO (entendido como vestimenta) y los elementos CARACTEROLÓGICOS O CIRCUNSTANCIALES. Por ejemplo: “sandalias en piel que completa con unos pinkies de raso negro. Son perfectos para un look desenfadado de mañana.” El vestido sería en tal caso sandalias en piel que completa con unos pinkies de raso negro, en tanto el carácter está explícitamente manifiesto en son perfectos para un look desenfadado de mañana.

Ahora bien, es claro que el vestido escrito puede estar en la revista sin lo caracterológico que constituye una variante concomitante (y, por ende, prueba de conmutación). Por ejemplo, en la revista pudo perfectamente aparecer sólo la descripción: sandalias en piel que completa con unos pinkies de raso negro o saco de manga francesa, etc. Barthes (1967) propone para tal caso una variante menos evidente tal vez, que corresponde a la pareja de clase conmutativa VESTIDO y MODA. Es decir un vestido puede estar escrito de manera objetiva, pero al variar un término como pinkies de raso negro por pinkies de gamuza negra puede cambiar a “PASADO DE MODA”.

En resumen, Barthes (1967) identifica dos clases conmutativas: “ya sean esos términos explícitos (Vestido función Mundo), ya sea uno explícito (vestido) y el otro implícito (Moda).” (p. 32) La primera clase conmutativa vestido-mundo es llamada CONJUNTO A, mientras la segunda clase vestido-Moda constituyen el CONJUNTO B.

¿EN ESTE SENTIDO QUÉ ES LA EQUIVALENCIA SEGÚN BARTHES?

El conjunto A establece una correlación entre el mundo y el vestido que depende de la figura que da la revista. Es decir, la revista puede plantear que sandalias en piel que completa con unos pinkies de raso negro, son perfectos para un look desenfadado de mañana o que un vestido saco con bolsillo y detalles gold son perfectos para un look desenfadado de mañana, etc. En el conjunto B aún cuando es una relación implícita como dice Barthes (1967), es más evidente la EQUIVALENCIA a la que este se refiere y también dependen de la revista, además es una equivalencia que depende netamente de la “conformidad convencional” y no de su función, o sea las sandalias en piel que completa con unos pinkies de raso negro sirven de calzado pero depende de la convención si estas “están de Moda” o no.

En base a esto mismo, los conjuntos nos permiten separar la significación de los conjuntos en: Vestido (significante material y visible) y Mundo o Moda (significado inmaterial e implícito).